¿Será el crowdsourcing capaz de resucitar patentes muertas?

Grandes ideas: Mehmet Fidanboylu, Gabriel Mecklenburg, Daniel Perez y Thomas von Erlach (de izquierda a derecha) son los miembros fundadores de Marblar. 
Fuente: Marblar


Muchas patentes registradas por las universidades se quedan aparcadas. Una 'start-up' cree que la participación colectiva podría servir para revivirlas.

Algunos concursos de crowdsourcing, como el X-Prize, le piden a la gente que busque soluciones tecnológicas a un problema. Marblar, una start-up que se lanza este mes, está pidiendo lo contrario: que la gente plantee problemas que podrían resolverse con una tecnología dada, ya existente.
Cofundada por cuatro estudiantes de doctorado del Reino Unido, Marblar es una plataforma cuyo objetivo es ayudar a las universidades a comercializar nuevos inventos y resucitar patentes cubiertas de polvo. La empresa está trabajando con media docena de centros de investigación del Reino Unido, como el Consejo de Investigaciones Médicas y el Imperial College de Londres, para llenar su sitio web de descubrimientos. Estos van desde una novedosa forma de espuma hasta un nuevo tipo de detector de oxígeno, pasando por una sonda capaz de taladrar superficies duras de nuevas formas.
A la colectividad se le asigna la tarea de encontrar aplicaciones comerciales para estos inventos. Marblar está generando una base de usuarios entendidos a los que les guste proponer ideas a cambio de un premio en efectivo (desde cientos hasta miles de dólares), de obtener puntos en el sitio (que se llaman 'canicas', marbles en inglés) y, por supuesto, del derecho a presumir de su habilidad.
“Hay un montón de innovaciones sin aplicar que no van a ninguna parte”, explica el director ejecutivo de la empresa, Daniel Perez, que calcula que el 95 por ciento de las patentes registradas por las universidades nunca llegan al mercado. Los agentes de trasferencia de tecnología de estas instituciones y, muy a menudo, los propios investigadores, no conocen todas las aplicaciones potenciales para un descubrimiento, afirma Perez. “Hay muy pocas voces en esa conversación”.
Marblar ya cuenta con una historia de éxito que tuvo lugar durante un periodo de pruebas en beta esta primavera, que se realizó con una lista de correos de 4.500 personas. Tom Brown, biólogo químico de la Universidad de Southampton (Reino Unido) había descubierto una forma de unir cadenas de ADN sin usar una enzima, el método se denomina ligadura de ADN mediante clics. Según Perez, era un método ingenioso, pero no tenía una aplicación directa.
IP Group, una empresa de capital riesgo británica que invierte en innovación universitaria patrocinó un premio dentro de un concurso de Marblar. La propuesta ganadora fue la de un estudiante de doctorado de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) que se dedica a investigar la administración de medicamentos a los nucleótidos y que pensó que la invención podría hacer avanzar su campo de investigación. Ahora mismo se está desarrollando un prototipo de demostración de la idea (el laboratorio de Brown anunciauna oferta de trabajo para ayudar en el proceso), y IP Group está evaluando la posibilidadde crear una empresa relacionada. Además, la compañía de capital riesgo ha hecho una inversión de unos 600.000 dólares (unos 460.000 euros) en la propia Marblar.
Este planteamiento de la start-up coincide con otros esfuerzos a largo plazo más amplios para acelerar la comercialización de la innovación que se produce en las universidades. En realidad, esa comercialización son los beneficios de la inversión en impuestos que han hecho los contribuyentes. En Estados Unidos, en el año fiscal de 2011, las universidades e institutos de investigación recibieron 40.000 millones de dólares (unos 30.000 millones de euros) en forma de financiación para I+D según la Asociación de Gestores de Tecnología Universitaria. Los resultados de las encuestas llevadas a cabo por la asociación demuestran que en ese periodo 670 start-ups y 591 nuevos productos comerciales salieron de las universidades e institutos de investigación estadounidenses.
Lita Nelsen, directora de la Oficina de Licencias de Tecnología del Instituto Tecnológico de Massachusetts (en Estados Unidos), afirma que Marblar podría ser una herramienta útil en algunos casos que ve cada año, pero que es improbable que aumente drásticamente el número de ideas que se comercializan. La mayoría de los descubrimientos a los que se llega mediante la investigación, como por ejemplo un tratamiento para una enfermedad, sí que tienen un uso claro y una falta de ideas no es, ni de lejos, el único motivo por el que una patente universitaria puede no licenciarse o llegar al mercado nunca, afirma. Marblar “no va a revolucionar las licencias tecnológicas universitarias, pero puede ser una contribución útil", sostiene. 
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